Aprendiendo a aprender

Antes de la pandemia llevaba un ritmo de vida muy acelerado y entre el deporte, la escuela, el trabajo, la familia y los amigos, no me quedaba casi tiempo para mí. Cuando esta enfermedad llega a México e inicia la cuarentena significó un cambio abrupto en mi vida, en un principio fue muy relajante, pero cuando se alargó empezó a ser aburrida la monotonía.
El punto es que sin darme cuenta empecé a cambiar mi vida como solución a mi aburrimiento, no en función de lo que hacía (porque no había mucho que cambiar) sino de la forma de ver las cosas. He tenido momentos de reflexión, los cuales muchas veces me han llevado a la confusión, pero el estar cerca de mi familia me ha ayudado a compartirlo con alguien y aclarar de alguna forma mis ideas.
Por primera vez me preguntaba por el futuro y quería darle un rumbo a mi vida, cosa de la que no era consciente y probablemente no hubiera sucedido de no ser por el tiempo a solas que me dejó la pandemia.
Cuando me preguntaban si consideraba que había sido un año desperdiciado, sin pensarlo respondía que sí, pero ahora que me doy cuenta de que no es cierto y que, a diferencia de otros años, este ha sido uno que jamás voy a olvidar al estar lleno de aprendizajes.
Me he dado cuenta de que no se necesita ir a la escuela para aprender ni convivir con los demás, a veces hay cosas que solamente podemos descubrir al estar solos con nosotros mismos.
Es increíble cuanto puede cambiar el significado de las cosas cuando cambia nuestra forma de verlas.
Y si, hay muchas cosas que me hicieron sentir triste, enojada, etc. Pero hoy veo con alegría que lo he superado y que voy a superar más cosas aprendiendo a cada paso.
Siempre hay algo que aprender de todo y todos, lo difícil está en permitirnos verlo.

Laura RRTepatitlán de MorelosEmoción: Felicidad