Para mi la pandemia fue una alta y baja de emociones, sentir miedo y desesperación por lo que pasaba, sentir frustración de ver como familias enteras sufrian y no haciamos las cosas bien, pero a la vez me sirvio para darme cuenta de lo afortunada que soy y agradecer a la vida por ello y sobre todo hacer lo que esta en mis manos.
Entonces escribí esta pequeña reflexión:
Avanzar entre la oscuridad y la luz de la vida con coraje, sueños, metas y amor por si mismo y por el prójimo es uno de los más grandes desafíos en cualquier camino porque no es un negro o blanco, un está bien o está mal… siempre hay elecciones por hacer, aprendizajes que nos ayuden a avanzar y crecer como sociedad y sobre todo como personas, a resistir con el alma, el corazón, el cuerpo y con los pies bien puestos sobre la tierra para ayudar a aquel que se cae, aquel que no puede o no sabe, que lo necesite.
Porque así como el día sigue a la noche, todo final anuncia siempre un nuevo comienzo… nos volveremos a ver, y TRAS LAS NUBES EL CIELO SIEMPRE AZUL.
Nunca hay que esperar, sino actuar y disfrutar lo que tenemos todo lo que tenemos en nuestras vidas.