Padecí la muerte de un tío a causa del COVID, fueron momentos de mucho miedo e incertidumbre, que detonó en una enfermedad llamada: síndrome del intestino irritable; lo pasé muy mal. Afortunadamente mi familia estuvo todo el tiempo apoyándome, tuve un acercamiento a ellos como jamás había ocurrido en años, mi madre me decía que no hay mal que por bien no venga; precisamente eso ocurrió; y junto con la terapia psicológica y el tratamiento psiquiátrico, pude superar esos meses.
Continúo con un proceso de adaptación a esta nueva realidad, pero con una mayor tranquilidad, la cual me permite no caer en la locura.