Mi experiencia con el COVID-19

Estos últimos meses han sido un ir y venir de diferentes emociones, además de algunos cambios súbitos e importantes en mi comportamiento. Los primeros cambios que se presentaron fueron en la escuela y el trabajo; pasé de convivir con muchas personas durante el día, a estar prácticamente sola en mi cuarto. Eso pudo significar un cambio muy brusco en mi humor, ya que perdí la costumbre de convivir y socializar con los demás.
En cuanto a los cambios más significativos en mi persona, pasé de ser una persona paciente y sonriente, a una persona más seria y que vivía en constante estrés. Al ser una persona que vive con ansiedad, la incertidumbre de no saber qué iba a pasar me afectaba a tal nivel que empecé a presentar problemas de insomnio constante. Gracias a eso empecé a rendir menos en la escuela y el trabajo, pero tuve que arreglármelas para salir adelante. Con ayuda de terapia, de todos los libros que alguna vez compré pero que no había leído y de las compras en línea (un Nintendo Switch y mi Kindle <3), el nivel de estrés con el que vivía disminuyó considerablemente y aprendí que en cualquier situación se le puede encontrar un lado positivo a la vida (más tiempo para leer y jugar).
Algo bueno pasó es que aprendí a ser más responsable y organizada con mis tareas y trabajo, conviví más con mi familia y adopté una gatita (que estaba herida de una de sus patas), en agosto del 2020.
Para año nuevo, mi papá presentó síntomas de gripa y aunque nos pidió que no nos alarmáramos, cuando los demás miembros de la familia presentamos los mismos síntomas nos practicamos una prueba PCR. La peor experiencia que pasé durante estos meses encerrada fue cuando llegaron los resultados y todos dimos positivo. Fueron días de mucho estrés, preocupación e incertidumbre tratando de conseguir medicinas y un tanque de oxígeno para mi papá (que estuvo oxigenando 91% y el médico nos indicó que, si oxigenaba menos de 90% teníamos que conectarlo al oxígeno cuanto antes). Al final no necesitó el oxígeno y todos nos recuperamos. Y aunque los meses post-covid tampoco han sido sencillos, ya que el cansancio permanece, estoy agradecida porque mi familia está bien y que pude darme cuenta de que hay mucha gente que se preocupa por nosotros.

Mariel GómezZapopanEmoción: Miedo