Al momento de que se empezó a circular la información de que el mundo estaba en crisis sanitaria por motivo de la pandemia del COVID-19 no imaginamos la magnitud de las consecuencias tanto personales como sociales a las que nos enfrentaríamos, de la misma manera no imaginamos los cambios radicales que tendríamos que vivir durante este tiempo.
Para mí punto de vista el cambio más radical al que nos tuvimos que enfrentar fue el aislamiento social con el que se nos sugirió evitar visitar a nuestros familiares, asistir a trabajo presencial o los niños a la escuela, al inicio todo suponía que sería un tiempo breve y se programó que en poco tiempo se volvería a nuestra “normalidad” que teníamos hasta ese momento, las escuelas cerraron sus puertas implementando métodos de seguimiento académico con lo que en ese momento se disponía, sin embargo el tiempo se fue prolongando y las escuelas se vieron en la necesidad de hacer uso de las TIC’S para mantener mejor calidad de enseñanza-aprendizaje y mayor comunicación con los alumnos y padres de familia, en este sentido reconozco que al observar el comportamiento de mi hija y sus compañeros de grupo me pude dar cuenta que los niños tienen mayor capacidad de adaptación, aprendizaje y apertura para cualquier cambio que se les presente, creo que mi hija me ha dado el mayor ejemplo ya que para mí fue mucho más difícil trasladar el trabajo de oficina a la casa y a su vez adaptar mi trabajo a mis labores domésticas, me ha sorprendido lo mucho que puedo aprender de mi hija que aunque tiene 8 años demuestra que tiene una gran fortaleza.