Para mí la pandemia inició un 18 de febrero cuando intenté quitarme la vida en un baño público del centro después de salir de clases, un mes antes de que comenzara en México todo el cese de actividades.
Deje la escuela un semestre.
Deje de ver a mi pareja por medio año.
Deje de salir, incluso hoy día no salgo aún, llevo más de un año sin ver y abrazar a mis amigos.
Me tiene confinada mi enfermedad, ya me cansé de luchar, a veces siento que los días pasan y yo sigo igual, pero a la vez, soy capaz de notar un cambio en mí, me siento resiliente, mas llenita y más feliz, esta pandemia me está enseñando a conocerme, a externar en vez de silenciarme, a disfrutar la quietud y la estabilidad, pero a darme cuenta de que necesito el movimiento y de que el caos forma parte de mí, y esas son mis mayores herramientas y mi fuerza para seguir viviendo, para seguir creando.